Hablar por el teléfono móvil con el sistema de manos libres y mandar mensajes por WhatsApp mientras se conduce multiplica por dos la probabilidad de cometer errores graves en la conducción, como sufrir una salida de la vía, colisionar con un vehículo o atropellar a un peatón. También distrae de forma importante, ya que atender, por ejemplo, una “llamada relajada”, disminuye la atención un 36%, un porcentaje que sube al 40% cuando la conversación es “estresante”, y al 53%, cuando el conductor está ocupado leyendo y respondiendo mensajes de WhatsApp. Esta situación, en particular, eleva a 45 el número de infracciones que se pueden llegar a tener a la hora, entre ellas, saltarse un semáforo.
Son las principales conclusiones del informe ‘Teléfono Móvil, Cansancio, Somnolencia y Distracciones al Volante’, que Fundación MAPFRE ha presentado hoy con el objetivo de analizar el impacto que tiene el uso del teléfono móvil con manos libres, la somnolencia y la fatiga, tanto en el conductor como en la conducción.
Menos atención y más peligro
La investigación, en la que ha colaborado expertos en conducción de Adhara Research y el Instituto de Movilidad Sostenible (IMS), ofrece los resultados de un grupo de 24 conductores, la mitad cansados y con sueño, y la otra mitad al inicio del día y tras haber dormido con normalidad la noche anterior, que se han puesto al volante de un simulador de conducción de última generación, que ha proporcionado información de gran valor sobre las consecuencias de cada situación en la conducción: errores e infracciones y gasto de combustible. Todos los participantes tuvieron que seguir las indicaciones de un recorrido prediseñado con un nivel de dificultad controlado y en el que se introdujeron distintos escenarios cotidianos e imprevistos que ponían a prueba su atención y destreza al volante.
La herramienta, que ha monitorizado su actividad cerebral mientras respondían mensajes de WhatsApp y hablaban por el sistema de manos libres, ha permitido confirmar el esfuerzo cognitivo que deben realizar los conductores, especialmente cuanto más complicada o estresante es la tarea que llevan a cabo con el móvil. También confirma el hecho de que los conductores bajan la guardia cuando la conversación es más relajada, momento en el que cometen más del doble de errores que cuando conducen sin usar el móvil. Usar WhatsApp, según este trabajo, es la segunda acción que conlleva más riesgo, multiplicando por dos la probabilidad de cometer un error en la conducción.
Mayor esfuerzo con sueño
Conducir cansado y somnoliento también implica un esfuerzo mayor para el cerebro que hacerlo descansado y tiene un enorme impacto en la conducción. Así lo demuestra el análisis de la actividad neurofisiológica entre los conductores cansados y somnolientos y los que estaban descansados y despejados.
La conclusión más relevante del análisis es que ponerse al volante con cansancio y falta de sueño reduce en más de la mitad (52%) el nivel de atención sobre la conducción. Ofrece, además, un hallazgo inesperado, que ha permitido demostrar que los mismos conductores que iniciaron la prueba con una atención del 50% (debido al cansancio), incrementaron su atención cuando respondieron una llamada relajada y otra estresante de tres minutos de duración, algo que los expertos denominan “efecto despertar”, lo que tuvo como consecuencia que los conductores se espabilaran y se mostraran más centrados al menos durante ese breve periodo de tiempo. Más allá de los tres primeros minutos, sin embargo, el efecto de la llamada puede ser peligroso, según advierten los autores del estudio.
También ha permitido demostrar que, al contrario de lo que sucede durante las llamadas, al menos durante los tres minutos iniciales, la conversación por WhatsApp sobrepasa las capacidades de los conductores cansados y somnolientos desde el primer segundo, y su atención sobre la conducción se desploma, cayendo un 67%.
Mujeres, más prudentes
Como dato curioso, el informe pone de manifiesto que algunos conductores, principalmente mujeres, ponen en práctica acciones de conducción más prudentes para minimizar el riesgo que genera atender una conversación por WhatsApp, como, por ejemplo, reducir la velocidad y aprovechar las detenciones de los semáforos en rojo. También destaca, que, como consecuencia de lo anterior, ellas acumulan menos errores de conducción que el resto y son más precavidas que ellos. Destaca, además, que los conductores mayores cometen menos infracciones, pero más errores de conducción; y que los jóvenes incurren en más infracciones y gastan más combustible, sobre todo por su estilo de conducción.
Sólo con el vehículo parado
“Las conversaciones por teléfono sólo deben producirse con el vehículo parado y en una zona segura. Este es el único mensaje seguro en la conducción. El sistema manos libres no es garantía de seguridad al volante”, ha indicado Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, durante la presentación del informe, donde ha hecho referencia a 2003, año en el que se permitió el sistema manos libres, “una decisión adecuada con la información con la que entonces se disponía, pero que hoy deberíamos reconsiderar”, especialmente, ha señalado, a raíz de los datos actuales, que demuestran cómo la atención se reduce a la mitad debido al uso del móvil con sistema manos libres.
En este sentido, también se ha referido a la nueva ley de Tráfico, “pendiente de trámite parlamentario y que previsiblemente entrará en vigor a lo largo de 2021”, y ha advertido de la necesidad de “redoblar los esfuerzos” para concienciar de los riesgos de utilizar el teléfono móvil con el dispositivo de manos libres, ya que “un cerebro distraído puede funcionar bien en modo «automático», cuando la demanda de atención es normal, pero no identificar a tiempo riesgos potenciales ni reaccionar adecuadamente en una situación compleja que requiera el 100% de nuestra atención”.
300 víctimas mortales cada año en España
Las distracciones son la principal causa de mortalidad en carretera. En España, cada año, más de 300 personas pierden la vida por este motivo, según los últimos datos facilitados por la DGT. El móvil, en concreto, se ha convertido en la principal fuente de distracción, seguido del cansancio, tal y como se desprende del estudio Emotional Driving, realizado a partir de una encuesta a más de 2.000 conductores a lo largo de 2019.
El informe completo está disponible en: