Sinnek nos informa de que no seguir una serie de pautas durante el proceso de reparación dificultará la obtención de una correcta igualación en colores metalizados.
La pintura metalizada se utiliza con gran asiduidad por los fabricantes de vehículos debido a su atractivo estético y a la espectacularidad de algunos colores. Prácticamente la totalidad de los modelos tienen la posibilidad de configurarse en diferentes colores metalizados.
Este tipo de pintura contiene pigmentos compuestos por diminutas partículas metálicas, que aportan un efecto brillante y de profundidad a la superficie del vehículo, gracias al reflejo de la luz sobre las partículas. Los colores metalizados se integran en sistemas bicapa o tricapa, por lo que necesita la capa final de barniz para asegurar el sellado y protección de la superficie.
Las ventajas de la pintura metalizada, afirma Sinnek Academy a través del siguiente post, radican en la protección contra pequeños daños o contra la decoloración de la superficie por rayos UV. También facilita esta pintura el realce de los contornos de la carrocería y aporta una estética más atractiva al vehículo.
Como desventaja, su coste más elevado (ya que el proceso de fabricación y aplicación es más elaborado) y mayor complejidad para el pintor en la igualación de algunos colores metalizados.
Por esta razón, hay que tener en cuenta una serie de factores a evitar para obtener una correcta reproductividad en colores metalizados:
Los diluyentes y catalizadores que utilicemos se elegirán en función de la temperatura y humedad ambiental, sobre todo con temperaturas elevadas, donde una dilución y catalización de la mezcla más lenta facillitará la correcta orientación de las partículas.
Es aconsejable identificar previamente el tamaño y tono del metal o de la perla para evaluar la tonalidad, asegurándonos de que el color no ha sido repintado previamente. Tras este paso, comprobamos la variante de color que mejor se ajuste.
La capa de fondo también juega un papel importante en la reproductividad de colores metalizados. Una excesiva carga de pintura de aparejo en la aplicación o un color de aparejo que no se ajuste correctamente al del acabado influirá en la cubrición y la colorimetría de la pintura metalizada.
Una incorrecta técnica de aplicación dificultará la distribución de las partículas metálicas sobre la pieza. Para evitarlo, será conveniente orientar la pistola para que el producto pulverizado impacte de forma homogénea y regular sobre toda la superficie. Además, con la técnica de difuminado, conseguiremos una mejor integración de las piezas a reparar con respecto a las áreas adyacentes de la carrocería. Como último paso durante el proceso de reparación, será aconsejable la aplicación de una última mano de control o anclaje que facilite la orientación de las partículas metálicas.
Además de los errores mencionados, no respetar las indicaciones de la ficha técnica del producto (regulación de la presión, abanico y flujo de material, etc.) posibilitará la aparición de defectos de pintado en colores metalizados.
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