UN PORCENTAJE MUY ELEVADO DE LOS INCENDIOS PRODUCIDOS EN LOS VEHÍCULOS PODRÍAN HABERSE EVITADO. EN LOS INCENDIOS INTENCIONADOS PRIMA LA VOLUNTAD DE CAUSAR DAÑO. PERO EXISTEN OTROS INCENDIOS EN LOS QUE ACTITUDES NEGLIGENTES O DESCUIDADAS -DELIBERADAS O NO- CONDUCEN EN MUCHAS OCASIONES AL INCENDIO EN UN VEHÍCULO.
Combustibles de nuestros vehículos
Gasolina, gasoil, aceite de motor y del cambio, líquido de frenos, etc. son algunos de los combustibles líquidos existentes en prácticamente la totalidad de los vehículos.
Los protectores exteriores plásticos de los cables, otros combustibles sólidos, también pueden comenzar a arder a consecuencia de sobrecargas o mal funcionamiento eléctrico. Otros elementos, como recubrimientos plásticos y tapicerías, pueden arder, asimismo, de forma sencilla combinados con una fuente de calor.
Para que se produzca un incendio es imprescindible el combustible, el comburente y una fuente de calor capaz de desencadenar la ignición del combustible.
Las fuentes de calor en un vehículo son muy variadas, la principal es el motor térmico, encargado de generar la energía para producir el movimiento del vehículo. Pero además también existe calor en sistemas en los que hay fricción entre elementos y el derivado, directa o indirectamente, del cableado del sistema eléctrico del vehículo.
Incendios en coches eléctricos
No hablamos de que los coches eléctricos tengan más posibilidades de incendiarse. Destacan, eso sí, por condicionantes particulares, pero no son ni más ni menos propensos a generar un incendio que los de gasolina o gasoil.
El verdadero problema que se genera en los incendios de este tipo de propulsión es su apagado, debido a las particulares características químicas de sus baterías de ion-litio. Son muy costosos de apagar. Además, cuando se quema un vehículo eléctrico, sea un patinete, un turismo o un autobús urbano, siempre tiene más repercusión mediática, pareciendo, de este modo, que los incendios en coches eléctricos son más comunes y peligrosos. Es recomendable una formación especializada sobre ellos para trabajar con seguridad.
Malas conductas en incendios
Algunas acciones que pueden desembocar en un incendio se producen por causa directa del conductor del vehículo. Normalmente, son las más fácilmente evitables adoptando unas precauciones muy sencillas.
Un cigarrillo puede generar un incendio, incluso minutos después de haber detenido el vehículo. Igualmente, la caída accidental de un mechero o cerilla encendida en el interior del coche sobre determinados materiales combustibles: tela, molduras, guarnecidos, recubrimientos plásticos, etc.
Ocasionalmente, pueden conectarse accesorios eléctricos, que debido a su mal estado, o a una conexión incorrecta, propician un puente eléctrico. Este ocasionará chispas potencialmente productoras de un incendio ya que actúan como fuente de calor. No se deben realizar estos montajes sin la preparación técnica adecuada ni sin los preceptivos sistemas de seguridad.
Un mechero mal encajado, un cargador mal conectado o cualquier otro accesorio deteriorado podrán producir el calor necesario para provocar un incendio en el interior del coche.
Estos dispositivos pueden calentarse con el consiguiente peligro. No sólo en vehículos industriales para transporte de mercancías, también en turismos, que trasportan a veces determinadas cantidades de materiales peligrosos, por su inflamabilidad y explosividad.
Dichos materiales pueden generar concentraciones muy elevadas de vapores inflamables, provenientes de recipientes no estancos de pinturas, disolventes, compuestos de hidrocarburos, etc. Estas circunstancias no sólo son peligrosas, sino que están prohibidas por la legislación actual en transporte de mercancías peligrosas.
Respecto a vehículos destinados al transporte de personas o mercancías, de pequeña capacidad, a veces se depositan, en su parte trasera -sin compartimentos ni fijaciones adecuadas- máquinas, equipos y materiales para realizar trabajos “en desplazamiento”. Taladradoras, cortadoras, sierras, radiales, equipos de soldadura… pueden generar un incendio, si se meten en el vehículo sin que se hayan enfriado totalmente tras el trabajo, en contacto directo con algún material combustible sólido o vaporizado.
Cualquier máquina o equipo debe estar completamente frío y colocado en el compartimento para transporte de mercancías, no sobre los asientos de los pasajeros.
Incendios en conexiones
La batería del vehículo, como elemento electroquímico acumulador, resulta una fuente potencial de calor. La deficiente manipulación y/o estado de sus bornes de conexión puede ocasionar chispas por mal contacto eléctrico; o, incluso, usar cables auxiliares de arranque producir también chispas en sus conexiones o el sobrecalentamiento del propio cable auxiliar.
Estas circunstancias, unidas a que las baterías emanan hidrógeno a la atmósfera, pueden generar un cóctel altamente explosivo, si se acumulan concentraciones elevadas de hidrógeno y se generan chispas en los volúmenes ocupados por estos gases.
Tanto el estado de la batería como sus bornes de conexión han de ser adecuados y, sobre todo, hay que tener mucha precaución al manipularla, especialmente cuando se utilicen cables auxiliares de arranque u otros métodos similares.
La circulación extravial, es decir, fuera de la carretera y sobre hierba o pasto, puede dar lugar también a un incendio.
Hay vehículos que montan sus sistemas de escape con catalizador y/o filtro de partículas, en la parte inferior del piso del vehículo. Aunque disponen habitualmente de una chapa de apantallamiento y protección, en caso de detener el vehículo sobre este terreno y con el motor a temperatura normal de funcionamiento, entran en contacto directo la superficie caliente del sistema de escape del vehículo y la hierba, un combustible sólido.
Evolución del incendio
La velocidad de la combustión dependerá del estado del material combustible (más o menos seco) y de la temperatura en el exterior del catalizador (cercana a los 330 ºC), pudiendo darse la ignición en apenas dos minutos.
Una vez generado el incendio, evolucionará verticalmente hacia el vehículo y, horizontalmente, hacia el resto de la hierba seca del suelo, extendiéndose rápidamente.
Por esta razón, se debe evitar siempre la detención sobre este tipo de terreno y limitar, en lo posible, incluso la simple circulación.
El mantenimiento programado de los vehículos, además de propiciar el correcto funcionamiento de todos los elementos electromecánicos, también asegura que las instalaciones se encuentren en buen estado; sin roturas, fi suras ni deterioros que comprometan su adecuado funcionamiento.
Un mantenimiento inadecuado o no realizado supone que algunas instalaciones, sobre todo las eléctricas – por roce con superficies metálicas, algunas de ellas cortantes– se desgasten o se fisuren sus protecciones plásticas hasta generar un arco eléctrico entre el cable y la carrocería.
Este puente eléctrico, contacto defectuoso o cortocircuito, podrá generar el calor suficiente para la combustión de todos aquellos materiales que se encuentren cerca del punto de contacto.
Existen multitud de sencillas acciones que, si se realizan con precaución y cuidado, eliminarán la posibilidad de un incendio en nuestro vehículo.
En CESVIMAP formamos con cariz universitario en reconstrucción de accidentes, incluyendo los incendios en todo tipo de coches.
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