“El sector de la automoción es un proyecto-país y necesita claridad y compromiso”. Esa es la petición del sector de la automoción en su conjunto, representado por las asociaciones de fabricantes de automóviles (Anfac) y de componentes (Sernauto), y las de concesionarios, distribución y comercialización de vehículos, (Faconauto y Ganvam). Piden que se unifique el diálogo con su sector en una sola voz, eficaz y de alto nivel, para evitar ineficiencias entre administraciones. Quieren recuperar el diálogo y la unidad que permitieron lanzar el Plan de Impulso a la Cadena de Valor del Sector de la Automoción.
Los fabricantes de automoción y de componentes y los representantes de los concesionarios, distribución y comercialización de vehículos alzan conjuntamente la voz para alertar de la “situación insostenible” que atraviesa el sector, clave para la economía española. Las medidas puestas en marcha por el Gobierno no logran la recuperación y, en ocasiones, resultan contradictorias.
El sector se expone, así, a una crisis prolongada (con el impacto que tendrá en inversiones y empleo) en este momento, en el que urgen planes de desarrollo e innovación para atraer inversiones de futuro y aprovechar los fondos de recuperación europeos, cuando todos los países europeos luchan por consolidar sus sectores nacionales. Las asociaciones aseguran que es “urgente” poner en marcha las medidas adecuadas para reactivar el mercado y la producción para no perder la “oportunidad histórica” que suponen estos fondos europeos y activar la imprescindible transformación de la industria y la distribución.
Este sector es clave en España, representa el 11% del PIB y emplea el 9% de la población activa con la cadena de valor representada en la mesa y los empleos indirectos. Durante la crisis, han trabajado por la seguridad de sus trabajadores y el mantenimiento del empleo y es un aliado leal de las administraciones para trabajar en el sector. El plan de Impulso a la Cadena de Valor del Sector de la Automoción, aprobado por el Gobierno en junio, era una estrategia adecuada, y consideraba a la automoción como estratégica para la economía española. También ponía en marcha iniciativas a corto, medio y largo plazo que buscaban la recuperación y la transformación del sector hacia la movilidad del futuro.
Las asociaciones alertan de que se han puesto en marcha medidas que no responden a este modelo y no están teniendo respuesta, como la subida del Impuesto de Matriculación que tendrá un impacto negativo en la recuperación del sector y envejecerá aún más el parque automovilístico. Igualmente los planes Renove y Moves II no están cumpliendo sus objetivos (poca dotación económica, son complejos en su aplicación y su reparto no es acorde al mercado). En su opinión, hay diferentes interlocutores con distintos modelos para su sector, incompatibles, por lo que piden un interlocutor único al más alto nivel.
La prioridad a corto plazo es impulsar la demanda, para la recuperación del sector. Si 2021 sigue en las mismas cifras continuará el envejecimiento del parque automovilístico de nuestro país (casi 13 años de media) y retrasará la descarbonización de la movilidad, uno de los objetivos clave del Plan de Impulso del Gobierno, compartido también por la automoción.
Si, además, queremos un país con futuro, desde las Administraciones Públicas se debe favorecer la inversión en I+D+i, y en proyectos industriales ligados a la movilidad segura, sostenible y conectada y a la digitalización e impulsar la desgravación fiscal de la innovación en proceso, también para las empresas de mayor tamaño. Solo así se podrá abordar esa reinvención con plenas garantías, tanto empresas grandes como pymes. Urge activar medidas ya que garanticen, no solo la supervivencia del sector post-COVID, sino la visión de futuro y posicionamiento global de la industria y el sector para seguir atrayendo nuevos proyectos e inversiones de carácter internacional, retener talento y reconvertir los perfiles profesionales necesarios para la transformación y anclar así la actividad industrial del tejido de automoción y la del resto de sectores implicados.
La Mesa de la Automoción, liderada por el ministerio de Industria, debe cumplir su papel de foro en el que participen las administraciones y el sector, que se pongan en marcha los anunciados grupos de trabajo y que sea efectiva y eficaz para activar el modelo de futuro que necesita el sector.
“El sector de la automoción es un proyecto-país y necesita claridad y compromiso”. Esa es la petición del sector de la automoción en su conjunto, representado por las asociaciones de fabricantes de automóviles (Anfac) y de componentes (Sernauto), y las de concesionarios, distribución y comercialización de vehículos, (Faconauto y Ganvam). Piden que se unifique el diálogo con su sector en una sola voz, eficaz y de alto nivel, para evitar ineficiencias entre administraciones. Quieren recuperar el diálogo y la unidad que permitieron lanzar el Plan de Impulso a la Cadena de Valor del Sector de la Automoción.
Los fabricantes de automoción y de componentes y los representantes de los concesionarios, distribución y comercialización de vehículos alzan conjuntamente la voz para alertar de la “situación insostenible” que atraviesa el sector, clave para la economía española. Las medidas puestas en marcha por el Gobierno no logran la recuperación y, en ocasiones, resultan contradictorias.
El sector se expone, así, a una crisis prolongada (con el impacto que tendrá en inversiones y empleo) en este momento, en el que urgen planes de desarrollo e innovación para atraer inversiones de futuro y aprovechar los fondos de recuperación europeos, cuando todos los países europeos luchan por consolidar sus sectores nacionales. Las asociaciones aseguran que es “urgente” poner en marcha las medidas adecuadas para reactivar el mercado y la producción para no perder la “oportunidad histórica” que suponen estos fondos europeos y activar la imprescindible transformación de la industria y la distribución.
Este sector es clave en España, representa el 11% del PIB y emplea el 9% de la población activa con la cadena de valor representada en la mesa y los empleos indirectos. Durante la crisis, han trabajado por la seguridad de sus trabajadores y el mantenimiento del empleo y es un aliado leal de las administraciones para trabajar en el sector. El plan de Impulso a la Cadena de Valor del Sector de la Automoción, aprobado por el Gobierno en junio, era una estrategia adecuada, y consideraba a la automoción como estratégica para la economía española. También ponía en marcha iniciativas a corto, medio y largo plazo que buscaban la recuperación y la transformación del sector hacia la movilidad del futuro.
Las asociaciones alertan de que se han puesto en marcha medidas que no responden a este modelo y no están teniendo respuesta, como la subida del Impuesto de Matriculación que tendrá un impacto negativo en la recuperación del sector y envejecerá aún más el parque automovilístico. Igualmente los planes Renove y Moves II no están cumpliendo sus objetivos (poca dotación económica, son complejos en su aplicación y su reparto no es acorde al mercado). En su opinión, hay diferentes interlocutores con distintos modelos para su sector, incompatibles, por lo que piden un interlocutor único al más alto nivel.
La prioridad a corto plazo es impulsar la demanda, para la recuperación del sector. Si 2021 sigue en las mismas cifras continuará el envejecimiento del parque automovilístico de nuestro país (casi 13 años de media) y retrasará la descarbonización de la movilidad, uno de los objetivos clave del Plan de Impulso del Gobierno, compartido también por la automoción.
Si, además, queremos un país con futuro, desde las Administraciones Públicas se debe favorecer la inversión en I+D+i, y en proyectos industriales ligados a la movilidad segura, sostenible y conectada y a la digitalización e impulsar la desgravación fiscal de la innovación en proceso, también para las empresas de mayor tamaño. Solo así se podrá abordar esa reinvención con plenas garantías, tanto empresas grandes como pymes. Urge activar medidas ya que garanticen, no solo la supervivencia del sector post-COVID, sino la visión de futuro y posicionamiento global de la industria y el sector para seguir atrayendo nuevos proyectos e inversiones de carácter internacional, retener talento y reconvertir los perfiles profesionales necesarios para la transformación y anclar así la actividad industrial del tejido de automoción y la del resto de sectores implicados.
La Mesa de la Automoción, liderada por el ministerio de Industria, debe cumplir su papel de foro en el que participen las administraciones y el sector, que se pongan en marcha los anunciados grupos de trabajo y que sea efectiva y eficaz para activar el modelo de futuro que necesita el sector.