Coincidiendo con el inicio de la vuelta al cole, los autobuses escolares retomarán sus servicios después de varios meses de menor actividad. Ante este aumento de la demanda, los expertos recomiendan revisar el estado del vehículo y, en su caso, someterse al proceso de inspección técnica para comprobar su buen funcionamiento y evitar accidentes. Según el Manual de Procedimiento de ITV y, concretamente, atendiendo al RD 443/2001 sobre transporte escolar y de menores, los vehículos de 5 años de antigüedad o menos deberán someterse a este proceso anualmente y, a partir de entonces, con una periodicidad de 6 meses.
Antes de acudir a la estación, los vehículos de categoría M2 y M3 deberán realizar un proceso de limpieza y desinfección exhaustivo para ajustarse a las nuevas condiciones higiénicas previstas con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus. “Aunque el acceso del inspector al interior del vehículo solo será necesario en casos muy determinados, se requerirá la presentación de una declaración responsable sobre las condiciones de limpieza del vehículo”, explica Juan Portillo, director técnico de la División de ITV de TÜV SÜD.
Una vez en la estación, los vehículos que realizan transporte escolar se someterán a una inspección exhaustiva “que empezará por las puertas para controlar la fuerza con la que se ejecuta el cierre y evitar cualquier circunstancia ante la salida de viajeros. También se deberán comprobar otros factores de riesgo como la señalización de las salidas de emergencia, el estado y ubicación del distintivo de transporte de menores, la distancia entre asientos, los dispositivos de protección de las escaleras, la correcta visibilidad del perímetro del vehículo a través de los espejos retrovisores o cámaras y el funcionamiento de los mandos de emergencia y los extintores, entre otros”, aclara el experto.
Para no obtener una ITV desfavorable, incide Portillo, “el vehículo deberá contar con martillos rompe cristales al lado de cada ventana de emergencia y esta, a su vez, deberá estar correctamente señalizada evitando, por ejemplo, láminas adhesivas publicitarias, lo que se considera un defecto grave. Otro fallo común suele ser el estado y la ubicación del dispositivo indicativo de transporte de menores para garantizar su visibilidad, aunque en este caso los defectos a imputar son leves y no implican una segunda comprobación para garantizar que su correcta instalación cumple con la normativa aplicable”.
Para evitar este resultado, los expertos recomiendan realizar un correcto mantenimiento del vehículo. Entre otros, aconsejan “revisar el funcionamiento de los dispositivos de alumbrado, el estado del parabrisas y el correcto funcionamiento de todos los cinturones. Además, conviene hacer hincapié en el buen estado del interior del vehículo y en el uso y disposición de la cartelería y los elementos necesarios para garantizar la seguridad de los viajeros en caso de accidente”.