En la actualidad, ya no hay duda de que el coche autónomo, aquel que no precisa ser guiado por un conductor será una realidad. La gran incógnita se encuentra en cuándo comenzará a circular por las carreteras y de una manera más concreta, si España está preparada para su circulación.
Expertos apuntan a que no tardará mucho. Entre ellos Belén Aranda, directora del Proyecto de Conducción Automatizada de Bosch, quien lo vaticina: “Gracias a nuestro sistema de piloto automático para autopistas, a partir de 2020, podremos ver coches altamente automatizados que conducirán ellos sólo por la autopistas”. También la industria camina por estos derroteros y baraja esa fecha.
¿Cuándo llegará? He ahí la cuestión
Otros, como Felipe Jiménez, experto en coches autónomos del Insia (Centro Superior de Investigación del Automóvil, perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid) prefiere ser más cauto: “Ahora mismo, la parte tecnológica está prácticamente resuelta para conducir en algunos entornos controlados, es decir, autopistas, aunque llevará más tiempo en otros más complicados, como son las ciudades”. Una opinión que se encuentra acorde con la que muestra la industria.
En 2020 Bosch lanzará un coche sin asistencia humana por las autopistas, aunque la automatización total llegará para la próxima década, según vaticinan los expertos. Para otros “un escenario como éste en el que el coche se desplaza de forma totalmente autónoma es una incógnita” , según el profesor Jiménez.
Empresas tecnológicas, como Google, que llevan investigando en este aspecto desde 2009, se centrarán en proporcionar el software y hardware necesario para que el coche autónomo sea una realidad. De momento, una de esas compañías que se servirán de su tecnología será Fiat Chrysler. El gigante automovilístico está trabajando con Google para lanzar en el futuro un coche de estas características. Otras, como Apple, se viene rumoreando, que lleva desarrollando desde 2014 un proyecto de coche autónomo, cuyo nombre en clave sería Proyecto Titán. Al parecer, según Bloomberg, su lanzamiento al mercado llegaría en 2020. Incluso para que eso se haga realidad, la compañía de la manzana ha creado una empresa con, al menos, mil ingenieros y operarios en Sunnyvale (California).
¿Está preparada la infraestructura viaria española?
Otras compañías, en este caso de automóviles, ya han anunciado para 2020 un coche sin conductor. Entre ellas, el grupo francés PSA (Peugeot y Citroën), Nissan-Renault o la china Baidu. Ford, incluso, podrá poner a la venta su primer coche autónomo para 2021, del que vaticinan será un vehículo de gran volumen de ventas, que carecerá de volante y pedales.
No sabemos si será en 2025 ó en 2030, lo cierto es que, tarde o temprano, el coche sin la intervención del conductor será una realidad. Queda por conocer si España está preparada para tal evolución.
La infraestructura viaria española necesitaría, para que el futuro del coche autónomo pueda funcionar en nuestro país, una inversión de, al menos, 3.000 millones de euros, según apunta María Belén Aranda. Una estimación referente al gasto mínimo necesario para el mantenimiento de las señales pintadas en la carretera, que este tipo de vehículos precisan ‘leer’ para que puedan desenvolverse. También precisarán de una inversión en “infraestructura inteligente”, que permita al coche autónomo disponer, con antelación, de información sobre desvíos o modificaciones que pueda haber en la vía, ya sean por obras u otros motivos.
“Tan bien preparado como cualquier otro país”, así es como considera que se encuentra España para recibir al coche autónomo, Felipe Jiménez. “Las principales limitaciones vienen de la ausencia de fabricantes en España, quienes, a la postre, son los encargados de tomar decisiones, para este ingeniero del Insia.
Los beneficios de la conducción autónoma
La conducción autónoma traerá importantes beneficios, que ayudarán a reducir la siniestralidad, debido a errores humanos. Además, “rebajará entre un 23 y un 39%, el consumo de combustible, aliviará los atascos y mejorará el tránsito de los vehículo en un 80%”, según la ingeniera Aranda.
Sin embargo, “no es posible saber el porcentaje de vidas que puede salvar el coche autónomo, ya que lo que se pretende es eliminar el factor de riesgo que se debe al factor humano. El 90% de los accidentes se deben al factor humano y el 60% es el conductor el máximo responsable”, apunta Jiménez.
El objetivo final es lograr que el tráfico por carretera sea más seguro. “En situaciones críticas de conducción, una ayuda adecuada puede salvar vidas”, señala Aranda.
Las investigaciones sobre accidentes realizadas por Bosch apuntan a que el aumento de la automatización podría repercutir en una reducción en una tercera parte de los accidentes de tráfico. Al parecer, coches e infraestructuras parece que pudieran estar listos para la próxima década, aunque la llegada de una conducción totalmente automatizada, en la que prescindiéramos de volante y pedales en los coches, requiere también de otros cambios legales y sociales, que hacen más complicado asimilar la tarea en la que el automóvil toma el control.
Un país avanzado en el marco legal en conducción autónoma
La normativa de circulación internacional tiene su base en la Convención de Viena de 1968 y en ella se especifica que todo vehículo a motor debe tener un conductor. Sin embargo, España no tiene ratificado el acuerdo. El pasado año se aprobaron unas enmiendas para la Convención de Viena para regular los vehículos autónomos, siempre que los dispositivos cumplan los reglamentos sobre vehículos de la ONU o que puedan ser desconectados por el conductor.
Los 28 ministros de Transportes de la Unión Europea firmaron el pasado año la Declaración de Ámsterdam, con el objetivo de eliminar barreras reglamentarias y promover un marco legislativo favorable para los vehículos autónomos.
La pregunta que cabría hacerse es: ¿España está preparada para esa revolución que es el coche autónomo? Desde noviembre del pasado año, España es uno de los primeros países del mundo que apuesta por los vehículos autónomos, gracias a una instrucción de la DGT, que permite hacer pruebas y ensayos de investigación en vías urbanas e interurbanas acotadas.
Aunque puede ir más allá y desarrollar una normativa específica para automóviles, al igual que EEUU, Portugal y Reino Unido, países que tampoco firmaron la Convención de Viena de 1968 sobre Circulación. Precisamente, éste último puso en marcha, en el mes de enero de 2015, un plan de actuación que aprobaba una normativa específica al respecto.
En cuanto al social, al que hacíamos referencia es un cambio un tanto más complejo, ya que el conductor debe asumir que el vehículo adquiere plena responsabilidad de las tareas de conducción. El coche se convierte en el chófer y el conductor pasa a ser pasajero.
Al final “al coche autónomo le está faltando esa percepción para adelantarse un poco a los acontecimientos, con los que sí cuenta la conducta humana”, concluye el ingeniero.
Fuente: Circula seguro