Los usuarios del transporte público urbano subirán más de un 2,5% en 2018. Esta cifra, aportada por la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC), corrige al alza en cinco décimas sus perspectivas de crecimiento debido, entre otros motivos, a las restricciones a los vehículos privados que se están acometiendo en diversas ciudades, como Madrid. En la capital de España el número de viajeros de la EMT aumentó unas 10.000 personas diarias tras la entrada en vigor de Madrid Central; de acuerdo a los datos ofrecidos por el Ayuntamiento.
No obstante, el incremento de viajeros en transporte público no puede depender únicamente de la coyuntura económica o del uso que de él hagan los turistas. Debería obedecer a un flujo constante de usuarios procedentes del coche privado. Son necesarias medidas que desincentiven su uso y reduzcan su presencia en las ciudades.
En este sentido, existe una necesidad de potenciar y reforzar el sistema del transporte público para absorber el incremento de la demanda que se prevé se producirá próximamente. Medidas como los cierres al tráfico privado que recoge el anteproyecto de ley contra el cambio climático merece dar más importancia al transporte público por su contribución para reducir las emisiones contaminantes.
Si la ley avanza en la línea marcada por el Gobierno, habrá cambios en la generación de energía y en el transporte, entre otros, lo que generarán nuevas oportunidades de negocio.
Se proponen turismos sin emisiones para 2050, prohibiendo, para 2040, la venta de turismos de gasolina, diésel e híbridos. Los municipios de más de 50.000 habitante deberán considerar zonas de bajas emisiones y priorizar el transporte a pie o en bicicleta y el transporte público y privado eléctrico. Se fomentarán los puntos de recarga, obligando a las gasolineras a instalar puntos de recarga eléctrica de origen renovable.
Se paralizan las exploraciones de petróleo. Las concesiones de explotación vigentes no se prorrogarán más tarde de 2040. A la par, se apuesta por la desinversión de las Administraciones Públicas en combustibles fósiles, incentivando los renovables como biometano, hidrógeno, etc.
Así es cómo se prevé que la movilidad avance en el futuro, para que sea eléctrica y compartida.
En cualquier caso, el transporte público ha de aumentar frente a los 4,5 millones de usuarios actuales (el objetivo es que alcance 7,5 millones de usuarios). Para ello, para que nosotros, como usuarios, dejemos aparcado nuestro vehículo privado y utilicemos el transporte público para nuestros desplazamientos diarios, hay que invertir en el transporte público, aumentando las frecuencias de paso y reduciendo la duración de los trayectos, por ejemplo.
El desarrollo de una Ley de Financiación del Transporte Público es un reto. Es una ley inexistente en España por el momento (único país de Europa que carece de ella). Establecería cuánto debe aportar cada nivel de la administración a la financiación del sistema para apoyar su sostenibilidad.
Más información: https://www.companias-de-luz.com/ley-de-cambio-climatico-y-transicion-energetica/