Las carreteras españolas están muy lejos de ser infraestructuras verdes y conectadas. Si bien son seguras, menos de la mitad se adaptan a la movilidad conectada. Y el 14%, exclusivamente, son «verdes».
Son los resultados del informe de la Asociación Española de la Carretera, AEC, “Necesidades de Inversión en Conservación”, en el segundo semestre de 2021. Han estudiado las vías competencia de la Administración Central como las que gestionan las Comunidades Autónomas y las Diputaciones Forales.
Así, el 70% de la red viaria es segura -su firme, señalización vertical y horizontal, elementos de contención y balizamiento…-. Pero, solo el 43% de las vías del país se podrán adaptar a la movilidad que viene, conectada y autónoma. También, apenas el 14% podrían ser ecológicas. Lo positivo es que las reducciones de tráfico, tras los confinamientos de la pandemia, han ralentizado el ritmo de deterioro de las carreteras. La mala noticia es que ni el “efecto COVID” logra que superemos la nota global de “muy deficiente”.
Movilidad conectada y autónoma en las carreteras españolas
La repoblación de la España vaciada, la descarbonización del transporte, el refuerzo de la cohesión social y territorial o la reducción del número de fallecidos por accidentes de tráfico en 2030 penden de un hilo.
De los 101.700 kilómetros representados (26.400 kilómetros de la red del Estado y 75.300 de la autonómica), 13.000 km presentan deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento. Los daños más frecuentes son roderas, grietas en las rodadas, agrietamientos gruesos, disgregaciones, deformaciones y grietas. Alejan la adaptación de las carreteras españolas a la nueva movilidad. Excepto el País Vasco, modelo de red preparada para la digitalización y la transformación ecológica.
Las Campañas de Inspección Visual de la Red Viaria las comenzó a realizar la AEC en 1985 para conocer el estado de la pavimentación y del equipamiento. También, para estimar la inversión necesaria para alcanzar niveles de servicio adecuados.
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Poner el marcador a cero requiere 9.900 millones de euros
El estudio revela cómo la falta de conservación está haciendo mella en las infraestructuras viarias españolas, un patrimonio valorado en 145.000 millones de euros, abandonado desde 2009, víctima de los reiterados ajustes en los presupuestos públicos. Si en 2001 la conservación de la red viaria aprobaba holgadamente el examen realizado por la AEC, en 2021 roza el Muy Deficiente.
La inversión mínima requerida es de 3.261 millones en la red que gestiona el Estado y 6.657 millones en la que administran los gobiernos autonómicos y forales.
La Estrategia “Sistema Seguro”, la Ley de Movilidad y la Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada son tres de los cuatro grandes desafíos que están en la hoja de ruta del actual Ejecutivo, los cuales se verán amenazados si la situación de las infraestructuras viarias no da un giro de 360 grados. El cuarto, alcanzar la neutralidad climática en 2050 como meta fundamental del Pacto Verde Europeo, es, sencillamente, una quimera desde la óptica en la que las administraciones públicas españolas han instalado sus políticas de movilidad. Pero la mala conservación de la red afecta también al ya maltrecho bolsillo de los conductores: Circular por una carretera en mal estado incrementa al menos un 10% el consumo de combustible.
Consecuencias en las carreteras españolas
- Neutralidad climática, imposible. La Estrategia “Sistema Seguro”, la Ley de Movilidad y la «Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada» amenazados. Eran 3 de los 4 desafíos en la hoja de ruta de la Agenda 2030 del Ejecutivo. Alcanzar la neutralidad climática en 2050 (meta del Pacto Verde Europeo) es inviable.
- Incremento del riesgo: El progresivo deterioro de las carreteras coincide con un preocupante aumento de las víctimas en accidentes de tráfico. Reducir la velocidad para reducir el riesgo es una medida que podría ser necesaria si no se actúa en solucionar los problemas de falta de conservación existentes, para no afectar a la seguridad.
- Impacto ambiental e ineficiencia económica: Circular por una carretera en mal estado incrementa al menos un 10% el consumo de combustible. Además, el pavimento en mal estado emite tres millones de toneladas de CO2 al año.
- Pérdida de capital social: Entre 2001 y 2017, las carreteras del Estado han perdido un 36% de su valor patrimonial, y las de las Comunidades Autónomas y Diputaciones Forales, un 38%.
Solución
Los Presupuestos Generales del Estado deberían incrementar en 300 millones de euros durante ocho años las partidas destinadas a conservación y refuerzo de firmes. Así, en lugar de los 900 millones de euros actuales, se pasaría a a 1.200 millones.
Respecto a las carreteras dependientes de las Comunidades Autónomas y Diputaciones Forales, se requiere destinar 600 millones de euros más al año –durante los próximos ocho ejercicios- a su mantenimiento (para el conjunto de las autonomías).
360.000 señales de código, 65% con el reflectante caducado
Con una nota media de 5 y 4,6 respectivamente, la señalización vertical (excluidas las señales de orientación) en las carreteras del Estado y en las Autonómicas y Forales se mantiene en similares valores que en 2019. Aunque no empeora, tampoco aprueba.
Es necesario renovar 100.000 señales de código en la Red del Estado (67.000 señales superan los 7 años, período de garantía de los fabricantes a las láminas retrorreflectantes).
Durante el día la señal es adecuada, pero por la noche su visibilidad no está garantizada, al haber caducado el material retrorreflectante.
En la Red Autonómica, por su parte, hay que cambiar 260.000 señales, con una inversión de 62,5 millones de euros (en 2018 su valor era de 57 millones, para 10.000 señales más. Pero ha subido el precio de los materiales con que estas se fabrican.
Reparar el pavimento, más de 6.500 millones
Las carreteras están a décimas del “Muy Deficiente” en su calificación media. Las necesidades de inversión en reposición y refuerzo de firmes se cifran en 6.574 millones de euros para el conjunto de las carreteras españolas (6% más que en 2015). La Red del Estado, de 26.242 kilómetros de longitud, precisa de 2.060 millones, y la Red Autonómica (75.546 kilómetros) de 4.514 millones.
La conservación de los firmes obtiene la peor nota, la Red del Estado registra una pérdida de 86 puntos con respecto a la auditoría realizada en 2001. La de las carreteras autonómicas, 80 puntos menos.
Repintar 30.000 kilómetros de marcas viales
Las marcas viales son el único elemento analizado que mejorara sus puntuaciones en la inspección realizada en 2017. Partían de un aprobado holgado y han revalidado sus calificaciones con un 5,9 de nota media, cuatro décimas más que en 2015. La Red del Estado está calificada con un 6,7, las vías regionales, con un 5,7.
Pese a ello, el informe de la AEC concluye que deberían repintarse las marcas viales de 30.000 kilómetros de carreteras en España, 3.000 kilómetros en la red del Estado, y 27.000 en las vías autonómicas y de las Diputaciones Forales. El coste total de esta actuación asciende a 56 millones de euros (6 y 50 millones, respectivamente).
Barreras metálicas, suspensas
Partimos de que el estudio solo analiza las barreras metálicas instaladas, no la necesidad de su instalación. Así, siguen mal, pero no peor. Es decir, vuelven a suspender, una vez más, afianzándose en el deficiente tanto en las carreteras estatales (con un 4,6) como en las autonómicas y forales (4,5). No obstante, se aprecia una tímida mejora, con una subida de una décima en ambas calificaciones.
Balizamiento en las carreteras
En 2021 hitos de arista, captafaros, paneles direccionales y balizas de la red autonómica y foral han recuperado cinco de las seis décimas que perdieron en 2019, obteniendo una puntuación de 6,6.
Los elementos de balizamiento son muy importantes para la seguridad y comodidad de la circulación. En la red a cargo del Estado, logran tres décimas más que en 2019, subiendo a 7,5.
Subida de materiales en las carreteras
La subida de los precios sitúa el déficit de conservación en máximos. En la actualidad, son necesarios más de 9.900 millones de euros para el mantenimiento de las infraestructuras viarias de España. La cifra bate récords con el incremento de los precios de los materiales derivado de la crisis energética.
Iluminación en carreteras
El 90% de las luminarias en funcionamiento no iluminan adecuadamente, y el 53% generan claroscuros. El estudio, realizado en colaboración con la Asociación Nacional de Fabricantes de Iluminación (ANFALUM), audita los parámetros medios de iluminancia (cantidad de luz que llega al pavimento) y uniformidad (homogeneidad de la luz). Así, el 90% de las luminarias, en el primer caso, y el 53% en el segundo, registran rangos no adecuados.
Del 90% de las luminarias que registran rangos inadecuados de iluminancia, el 18% lo son por exceso (afectando a la eficiencia energética) y el 72% por defecto (repercutiendo en la seguridad del tráfico). Se generan zonas de oscuridad entre áreas iluminadas (claroscuros) en el 53% las luminarias en funcionamiento. Los valores han empeorado a partir de 2011.
Las carreteras forman parte de la seguridad vial
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