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Existen dos acabados, la versión básica XCite, y la del modelo que hemos probado en CESVIMAP, versión Prime. Este acabado incorpora algún elemento adicional de equipamiento y sus precios de lanzamiento -sin incluir el plan MOVES- son 39.690 € y 40.900 € respectivamente.
A nivel de mecánica ambas versiones son idénticas, poseen una batería de 63 kWh y un motor síncrono de imanes permanentes de 204 CV y 310 Nm. Como es habitual, la batería se sitúa en el piso del habitáculo y, en este caso, el motor eléctrico proporciona tracción a las ruedas delanteras. En cuanto a su carrocería, es bastante voluminoso, con 4,68 m de longitud, 1,86 m de ancho y 1,70 m de alto, para que os hagáis una idea es más grande que un Toyota RAV-4.
Pero este volumen no se traduce en un peso elevado. Sabiendo que las baterías perjudican bastante a los eléctricos, el Aiways U5 marca en la báscula 1.820 kg. ¿Cómo es capaz? Pues gracias al empleo de aluminio en toda su plataforma, y acero en la parte superior de la carrocería. ¡Buen trabajo por parte de Aiways conseguir una carrocería ligera a un precio asequible! Un Tesla Model 3, con este tipo de configuración de carrocería y con una mecánica similar, tiene un precio de 6.000 € más.
Como es moda en los SUV parecer muy robusto en este modelo se consigue con embellecedores en negro que cubren las zonas bajas de los paragolpes y las puertas, pasarruedas, y sus líneas exteriores, en general.
En la parte delantera, con las formas tan planas que tienen el capó, la aleta y el paragolpes, configuran una zona muy cúbica donde los faros de tecnología LED se integran en la esquina del prisma. Algo que no me gusta del U5 es donde está ubicado el puerto de carga, y es que la “parrilla” izquierda bajo el faro, en realidad es una tapa que cubre el enchufe para la carga en corriente alterna y continua. No es algo muy común en los eléctricos y, si me preguntasen, lo colocaría en una zona menos expuesta en caso de impacto frontal.
Desde esta esquina frontal aparece una línea que recorre toda la zona lateral hasta unirse con los pilotos traseros, también de tecnología LED. El costado del vehículo se muestra musculoso, con unas manillas enrasadas dejando ver cómodamente el resto de las líneas de la carrocería y con unas llantas conformes a lo que se suele ver hoy en día (19”).
En la zona trasera, existe el efecto de un techo separado de la carrocería y en voladizo, uniendo la luna trasera con las lunas de custodia a través de embellecedores negro piano. En este color se aprecia menos. Y también sigue la moda actual de unir los pilotos traseros con una tira de LED. Es moderno, pero quizá se estropea al situar los pilotos de antiniebla y marcha atrás en el paragolpes. Desde mi punto de vista se podrían aprovechar mejor los pilotos principales e integrar todas las luces en una misma zona.
En cuanto al interior, pues como podéis ver, es muy espacioso. Lo consigue gracias a sus cortos voladizos y sus 2,80 m de batalla.
Todos los materiales del interior son muy agradables al tacto y la gran parte de los plásticos, blandos, no parece que te encuentres en un coche chino. En marcha no es muy agradable el sonido agudo y continuo que se percibe en el interior debido a la mecánica eléctrica, pero en general tiene una insonorización aceptable con respecto a la rodadura y la aerodinámica. Posee una suspensión que no le hace balancearse prácticamente nada en curva y se traga todas las irregularidades sin transmitirlas a los ocupantes. Así que muy cómodo para viajes largos o hasta donde te permita la autonomía de la batería, teóricamente de 400 km de autonomía. Creo que cuando llevas 300 km puede ser que aparezcan los primeros síntomas de “range anxiety” propios de conducir un eléctrico…
Para el uso diario solo le pongo un pero: el sistema de infotainment deja mucho que desear. Tienes la sensación de manejar una Tablet que no siempre funciona como tú quieres… Si no fuese por eso y por los ADAS, me hubiese ganado como coche eléctrico asequible y plantaría cara a sus rivales más directos.