LA IMPLANTACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS, DESARROLLADAS CON CRITERIOS DE SOSTENIBILIDAD, DISMINUYE EL EFECTO DE LA ACTIVIDAD DEL TALLER DE REPARACIÓN SOBRE EL MEDIO AMBIENTE. PARTE DE ESTAS PRÁCTICAS TIENEN UN INCENTIVO ADICIONAL: UNA REDUCCIÓN DE LOS COSTES DE PRODUCCIÓN Y MEJORA DE LA RENTABILIDAD DEL NEGOCIO.
La sostenibilidad de nuestro planeta nos afecta a todos y es tarea de todos reducir al mínimo nuestro impacto.
Aunque la actividad de los talleres de reparación de automóviles no es más dañina para el medio ambiente que otros procesos industriales similares, gestionar inadecuadamente los recursos con los que trabajan aparejará efectos indeseables.
En la actualidad ya hay definidas una amplia colección de buenas prácticas para minimizar este impacto en relación con el consumo de energía, de productos, o los residuos que generan, aplicables a cualquier actividad o negocio.
Detallamos las específicas de talleres de automóviles o que tienen un valor añadido en esta actividad.
Consumos energéticos
La principal medida para controlar el consumo energético se centra en el mantenimiento de las instalaciones y el equipamiento productivo del taller. Un riguroso plan de mantenimiento preventivo, con su adecuado control y seguimiento, permitirá el pleno rendimiento de todos los componentes en su funcionamiento.
Pero si nuestro objetivo es reducir este consumo de forma significativa, el único camino que existe es sustituir el equipamiento por otro con mayor eficiencia energética. El desarrollo tecnológico y su aplicación al equipamiento del taller hace posible que haya en la actualidad opciones verdaderamente eficientes.
Por ejemplo, las cabinas con sistema “inverter” consiguen un importante ahorro eléctrico en el arranque de los motores de impulsión y extracción de aire. Si, además, disponemos de un controlador que adapte su velocidad a las necesidades de caudal de aire de cad operación podemos reducir en un 50% o más el consumo eléctrico -¡interesante hoy en día!-. Este ahorro se consigue en un ciclo completo de pintado de un vehículo respecto a una cabina convencional.
Si complementamos esta medida con una línea de pintura de secado rápido, podemos reducir el consumo eléctrico un 35% más ya que disminuye el tiempo de funcionamiento de los motores de la cabina.
Lógicamente, ambas medidas conllevan una inversión inicial y un aumento de los costes de producción, pero ahorraríamos en cada ciclo de pintado aproximadamente 10 €(este último cálculo se ha hecho con un precio de la electricidad de 320€/Mwh, precio a octubre de 2021).
Otros ejemplos de equipamiento con gran eficiencia energética son las cabinas con quemador de gas de llama directa o las que utilizan energía eléctrica generando calor mediante paneles endotérmicos. En ambos casos la transmisión del calor es prácticamente inmediata.
Esta es su principal ventaja, por la reducción del consumo energético respecto a las cabinas de pintura con intercambiador de calor convencional.
Usar gas natural o electricidad para generar calor tiene otra ventaja adicional: obtener la misma potencia calorífica con gas natural implica emitir un 30% menos de gases de efecto invernadero que si lo hiciéramos con gasóleo. Esta reducción puede ser mayor si empleamos electricidad procedente de fuentes renovables para generar el calor.
En la mayoría de los talleres de reparación de automóviles, por las características de sus edificaciones, es factible implantar en la cubierta paneles fotovoltaicos para la generación de electricidad. Una instalación de autoconsumo fotovoltaico podría proporcionar al taller una capacidad de autosuficiencia energética de más del 50%. Actualmente es un buen momento para la transición energética hacia la energía solar, facilitado por la nueva normativa al respecto y las subvenciones existentes.
Consumo de materiales y productos
Los talleres de reparación también pueden reducir su consumo de materiales y productos. Es necesario aprovechar los recursos materiales de los vehículos, alargando su ciclo de vida al máximo. Siguiendo este principio de economía circular, los esfuerzos del taller deben centrarse en priorizar la reparación de piezas frente a su sustitución por recambio nuevo.
Esto solo se consigue programando procesos de reparación eficientes y el equipamiento necesario para ello. Posteriormente, hay que estar ¡ojo avizor! para adaptarlos constantemente a la evolución de los materiales con que se fabrican los vehículos y a los avances de la tecnología de reparación. Resulta fundamental la formación para adquirir o actualizar los conocimientos y capacitación de los técnicos del taller en intervenciones sobre plásticos, aceros, aluminio, materiales compuestos o lunas.
No obstante, incluso si la reparación no fuera viable por un motivo u otro, se puede seguir aplicando el principio de economía circular mediante recambio usado o reutilizado, procedente de vehículos que ya han llegado al final de su vida útil.
Cada vez que se reutiliza una de estas piezas no es necesario extraer materia prima de la naturaleza, ni emplear recursos en su fabricación.
Para ello se puede recurrir a un CAT, o Centro Autorizado de Tratamiento de vehículos fuera de uso, como CESVIrecambios, que dispone de una amplia oferta de piezas de segunda mano con garantía.
Otro aspecto importante es el consumo de productos de pintura. Es una buena práctica implantar un control de su uso, registrando las cantidades de cada reparación. Con el registro, determinaremos si existen desviaciones en el consumo o podemos optimizarlo. Un ejemplo: ajustar más las cantidades de productos preparados, usar frecuentemente técnicas de pintado parcial o pistolas aerográficas con tecnología que incremente la transferencia de la pintura a la superficie.
Sobre el resto de los materiales de pintado, como los productos para el lijado y pulido, el enmascarado o preparación de mezclas, es recomendable utilizar elementos de alta eficacia. Son más caros, pero también más duraderos, ya que ayudan a reducir los residuos que se generan en el taller. Por este mismo motivo, debemos descartar, en la medida de lo posible, consumibles de un solo uso.
Gestión de residuos
En la actividad de los talleres de automóviles es inevitable generar residuos (peligrosos y no peligrosos), por muchos esfuerzos que hagamos en optimizar el consumo de materiales y productos.
No obstante, una segregación detallada, almacenando cada tipo de residuos por separado, bien identificados y en lugares protegidos, facilitará su posterior reciclaje. Y, sobre todo, minimizará su impacto sobre el medio ambiente. Por ejemplo, hay gran diferencia entre las emisiones de gases de efecto invernadero al extraer el aluminio directamente de la naturaleza frente a hacerlo de piezas de deshecho con este material. ¿Por qué? Es fácil, se ahorra gran cantidad de energía eléctrica con el segundo ejemplo. Segregar, así, un solo capó de aluminio para reciclarlo y recuperar su materia prima permite que no se emitan hasta 65 kg de CO2. Aproximadamente, lo mismo a recorrer 400 kilómetros en un coche de gasolina.
Afortunadamente, cada vez son más los talleres sensibilizados con la protección del medio ambiente y que siguen estas prácticas. Es tarea de todos reconocer su esfuerzo para que su actividad no afecte negativamente a la sostenibilidad.
CESVIMAP ofrece Move2Green, un sello para señalar y valorar a empresas de la posventa de automoción comprometidas con el medio ambiente que han decidido que la sostenibilidad sea uno de sus objetivos estratégicos.