DESDE QUE NOS SUBIMOS EN EL COCHE HASTA QUE NOS BAJAMOS DE ÉL NUESTRA PRIORIDAD DEBE SER LA SEGURIDAD EN LA CONDUCCIÓN. UNO DE LOS ASPECTOS QUE INCIDE EN ESTA SEGURIDAD ES LA APERTURA DE LAS PUERTAS CUANDO NOS DISPONEMOS A SALIR DEL VEHÍCULO, YA QUE LA FORMA DE HACERLO PUEDE CONTRIBUIR A EVITAR ACCIDENTES.
Al abrir la puerta del coche, tras aparcar, hay que tener la precaución de hacerlo de manera que se eviten accidentes en los que se vean implicados dichos conductores vulnerables o cualquier tipo de vehículo que circule en ese momento.
Los accidentes en ciudad con ciclistas suponen más del 50% del total de los que se dan en bici. Cuando se produce un impacto contra una puerta de un vehículo abierta, por no haber tomado las medidas de precaución necesarias, tanto los ciclistas como los motoristas pueden salir proyectados o caer violentamente sobre la vía. En las ciudades en las que los usuarios de motocicletas y bicicletas han aumentado considerablemente en los últimos diez años, este tipo de siniestros se repiten con mayor frecuencia.
Esta modalidad de accidente se da, sobre todo, en zonas urbanas donde los coches quedan aparcados en línea junto a las vías de circulación. Se define con el término dooring; obviamente, procede de la palabra door (puerta, en inglés). Son accidentes tan inesperados y sorpresivos que los motoristas y ciclistas poco pueden hacer para evitarlos, ya que, cuando se percatan del peligro, están muy próximos a la puerta, sin tiempo de reacción.
La Ley y la apertura “a la holandesa”
El artículo 114 del Reglamento General de Circulación expresa la prohibición de abrir las puertas del coche antes de su completa inmovilización y de “cerciorarse, previamente, de que ello no implica peligro o entorpecimiento para otros usuarios”.
Según este artículo, es responsabilidad de quien sale del coche asegurarse de que no supone un peligro para él ni para el resto de los vehículos en circulación.
Para evitar este tipo de accidentes los usuarios de los turismos, antes de abrir la puerta, deben cerciorarse de que no viene ningún vehículo. Un método eficaz para ello consiste en abrir la puerta “a la holandesa”, llamado así porque la técnica es originaria de los Países Bajos. Consiste en abrirla con la mano más alejada de la puerta; es decir, que si el conductor quiere abrir su puerta lo hará con su mano derecha. Mediante este procedimiento obligamos al cuerpo a girarse y podemos mirar hacia atrás con mayor facilidad. Independientemente del asiento en el que estemos, el procedimiento será el mismo.
Otras medidas preventivas
Existen otras pautas de actuación preventiva, tanto para los ocupantes del coche como para los motoristas y ciclistas.
■ Ocupante de un coche
Si vamos en los asientos traseros del vehículo, saldremos siempre por el lado más próximo a la acera, y nunca por el de la vía. En el caso de que no lo podamos hacer, debemos tomar las precauciones adecuadas y proceder como ya hemos indicado a la hora de abrir las puertas, lentamente y mirando hacia atrás.
■ Conductor de moto o bicicleta
Cuando circulamos por el carril más próximo a la zona de aparcamiento de vehículos, debemos hacerlo lo suficientemente alejados de los vehículos estacionados para, que, en caso de que se abra una puerta, reaccionemos a tiempo y la evitemos. Es recomendable dejar una distancia de entre un metro y metro y medio con los coches aparcados.
También debemos tener cuidado si pasamos cerca de un vehículo aparcado en doble fila, ya que hay muchas posibilidades de que se abra una de sus puertas.
Todos estos consejos indicados pueden ayudar a prevenir este tipo de accidentes, que, aunque no les concedamos a veces la importancia que tienen, son muy peligrosos y pueden tener consecuencias fatales ■